Sobreviviendo a la primera cita (Privado: Isa)

Suspiró una vez más, cansado. Miró con cierto fastidio el probador donde había entrado la española con aquella montaña de ropa, y luego a su reloj de pulsera.

Había estado allí sentado esperándola por más de media hora, ¿Qué tanto estaba haciendo? ¿Se la había tragado el espejo?

Por eso odiaba ir de compras con las mujeres, todas eran iguales, todas tardaban una eternidad en cada tienda de ropa en la que entraban. Ya había tenido suficiente la vez anterior, cuando acompañó a su hermana, sólo para terminar cargándole todas las compras.

Pero ni modo, a ella le había tocado elegir el lugar, y pidió el centro comercial, así que ahora tenía que esperar todo el rato que decidiera estarse ahí metida, después de todo, era la primera cita oficial que tenían desde que eran pareja, y si en algún momento debía aplicar todos sus conocimientos de galantería que había aprendido tras pasar chica por chica, era ahora...

Sólo que Isabel lo descolocaba, sus "trucos" no funcionaban bien en ella, y aquello sólo lo ponía más nervioso. Quizá nunca se planteó lo problemático que pudiera ser el hecho de que fuera diferente a las demás, debía de improvisar todo el tiempo.

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Después de siglos sin postear nada entre estos dos, ya era tiempo de por lo menos un tema nuevo, ¿no?

Se miró al espejo antes de suspirar resignada. ¿A quién engañar? Ni ese traje ni ninguno de los que se había probado eran para ella, se sentía extraña con esa ropa. Se fue quitando la ropa y poniéndose la suya propia mientras pensaba que había elegido el mejor lugar. "El mejor lugar para sufrir psicológicamente", se decía así misma.

Cogió la única prenda que se iba a llevar, una básica de tirantes blanca y con graciosos estampados de tomatitos de distintos tamaños, era lo único con lo que no se había sentido tan rara y salió del probador. Nada más ver a cierto castaño se le acercó y colgó del cuello como si nada. -Voy a pagar esto...-dijo para después plantarle un beso en la mejilla y separarse para ir a pagar la camiseta.

Definitivamente ir de compras era una tortura, y sobre todo cuando es una misma quién se prueba la ropa. Aunque claro también depende de la tienda que visites y del estilo de vestir de una. Realmente se preguntó porque no había elegido otro sitio como el parque o el el parque de atracciones.



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Me parece bien 8D
Oh! Y perdón por la tardanza y si me salió fail uou

Tan pronto la vio, ya se le había colgado del cuello. Apenas le dio tiempo para abrazarla un poco, porque enseguida se fue a pagar. Se preguntó con cierto disgusto el por qué del beso en la mejilla cuando ya eran pareja.

Se levantó casi al instante, alcanzándola antes de que llegara a la caja.

-Momento, yo lo pagaré- Sentenció, arrebatándole la prenda de las manos para ir él con la cajera muy bonita, por cierto.

Si algo tenía más que sabido sobre la galantería, era que el hombre siempre pagaba... por más que su hermana le haya gastado la mitad de la tarjeta desde la última vez que se la arrebató para ir de compras.

Arqueó una ceja cuando el otro le quitó la camiseta que había cogido. Parpadeó un poco, sin creerse que hubiese hecho eso para después sonreír un poco. Aunque tan pronto vio a la dependienta cambió esa sonrisa.

Vale, ya empezaba mal la cosa. Simplemente porque pensó que no fue a pagar por ser un caballero sino para coquetear con la dependienta y eso la molestó. Aunque eso no significase que tuviera razón en estar molesta, sino que era demasiado celosa y sacaba las cosas de contexto(?).

Por ello alcanzó al italiano y se le colgó nuevamente al cuello, pegandose a él para que no se le ocurriese irse con la arpía de la dependienta que se lo quería robar(???)-Gracias LoviLove~-le dijo, al tiempo que miraba discretamente feo a la dependienta, y cuando digo discretamente es que se le notaba mucho.

Estaba a punto de babear sonreír galantemente ante la atractiva cajera, cuando de repente sintió a su novia pegársele por completo en un abrazo un tanto... sofocante. Lo tomó como una amenaza y de inmediato recobró la compostura al recordar que no venía solo.

-Puede quedarse con el cambio...- Contestó una vez la cajera terminó de cobrar.

Pobre tipa, no tenía ni idea de cómo la estaba mirando Isabel, pero el rostro de la empleada mostraba unas claras ganas de salir corriendo o mínimo esconderse bajo el escritorio.

Optó por lo sano y cortar el rollo de una vez por todas.

-Vamos a otro lado- Sonrió un poco, de forma nerviosa, para luego tomarla de la mano y salir de la tienda... ahora esperaba que no se la agarrara contra él.

Siguió mirando feo feo a la dependienta hasta que salieron de la tienda. ¿¡Quién se creía que era esa tipa!? El italiano era suyo y no había estado tanto tiempo detrás de él para que la primera zorra que se pasease delante de el se lo robara. Sí, bienvenidos a señores y señoras a celoslandia(?).

Infló los cachetes en un puchero nada más salir, aunque no se soltó de su mano simplemente porque se sentía a gusto y temía que se lo tomara a mal y cortara pero eso sí, desvió la mirada fingiendo que veía unos escaparates aunque en verdad lo que hacía era evitar mirarle.-Sólo te faltaba babear...-dijo como quién dice lo más normal del mundo pero con un ligero tono de desilusión y tristeza. ¿Tan poco la quería?¿Tan poco la quería que a la mínima se iba tras otra falda? Seguramente sólo fue una tonta al dejarse llevar por él y seguramente él sólo la estaba utilizando como hacía con las demás. Ahora que lo pensaba mejor podía llegar a la conclusión de que había sido una tonta y una ingenua al... bueno a "eso". ¿Quizás se arrepentía por haber pensado que cambiaría si llegaban a estar juntos?

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A falta de rol, contesto post(?)