"Vi går? (Privado)

Había ido a correr al parque para despejarse durante un rato y olvidarse de todo lo que había sucedido en los últimos días... aunque bueno, eso fue algo difícil. Una vez que se detuvo para tomar algo de aire, comprobó que el parque cercano al lago estaba desértico... de hecho todo el lugar lo estaba, y la luna ya había salido en lo más alto del cielo. ¿Tanto tiempo había estado corriendo? Ni siquiera se había percatado de la hora.

A paso lento caminó hacia el borde del lago, puesto que era el mejor lugar para poder apreciar mejor a aquel astro que iluminaba el manto oscuro que era ahora el cielo. Se sentó allí, de una manera para nada femenina, pero la verdad es que eso no le importaba mucho. Su mente comenzó a divagar, y sus pensamientos se enfocaron en una sola cosa... o mejor dicho, persona.

Desde que se había dado cuenta de que sentía algo por el danés, no dejaba de pensar en ello. Y cuando llegó a casa de sus hermanos, estos menos le ayudaron a olvidar lo sucedido en el hotel. Dustin, Maria y Roth la acosaron con preguntas respecto a las marcas que tenía en el cuello, y tuvo que emborrachar más de una vez a Ludwig y a Gilbert para que se olvidaran del tema. Sabía que sus hermanos sospechaban que ella ya lo había hecho, y le alegraba que no supieran con quién, o de lo contrario el pelirrojo tendría que darse por muerto.

Su corazón dio un vuelco cuando el rostro de Bent apareció en sus pensamientos, y soltó un suspiro frustrado y triste ante aquello. Quería olvidarlo. Quería evitar sentir lo que sentía por él, puesto que aquello no hacía más que lastimarla. Cuando despertaron al otro día en el hotel, ella no fue capaz de dirigirle la palabra a él por culpa de la vergüenza, y él tampoco le dijo nada. Se despidieron y cada uno siguió su rumbo. Y nunca más se volvieron a ver... hasta ahora.

La voz de una persona la sacó de sus pensamientos, e hizo que su corazón comenzara a latir rápidamente contra su pecho. Se giró para verle, de manera muy rápida, debido a las ansias que había tenido durante esos días por verlo. Se sonrojó por ello, al igual que por la sonrisa que el otro le dedicó. Tardó un poco en procesar sus palabras y en recordar como se le hacía para hablar.

- N-nein, d-danke - apartó la mirada, apenada -. N-no es n-necesario - balbuceó mientras que fruncía el ceño, simplemente para actuar y fingir que nada entre ellos había cambiado. Tenía miedo de confesarle sus sentimientos al danés. Y sobre todo, tenía miedo de darse cuenta que estaba enamorada de él.

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¡Inspiración! /o/

Se tensó al sentirlo a un lado suyo. Su pulso se disparó como nunca antes y el color subió de golpe a su rostro. Gott! ¡¿Qué acaso más obvia no podía ser?! Cuando el otro mencionó la palabra "cita", abrió los ojos tanto como pudo y le volteó a ver, sorprendida.

- ¿A-ah? - fue lo primero que se le ocurrió decir. Parpadeó varias veces, pensando que estaba alucinando o algo por el estilo. Cuando se dio cuenta de que no era así, casi le da algo - ... ¿p-por qué querrías t-tener una cita conmigo? - preguntó en un susurro, mientras que entrecerraba los ojos, algo triste. Desvió la mirada y centró su vista en el pasto.

¿Para qué querría seguir a su lado? Ya había obtenido lo que quería, ¿no? ¿Por qué la seguía buscando si no le amaba? ¿Acaso gustaba de hacerla sufrir?

Un tic apareció en uno de sus ojos ante sus palabras, mientras que su rostro obtenía una nueva tonalidad de rojo.

- ¡¡N-n-no l-lo di-digas a-así como si nada, i-imbécil!! - farfulló, algo alterada, mientras que lo sujetaba del cuello de la chaqueta y lo zamarreaba. Lo soltó y abrazó sus piernas, ocultando su rostro en el hueco que había entre estas, totalmente avergonzada -. N-no e-es que no q-quiera, idiot, e-es s-sólo q-que.... - se alborotó sus cortos cabellos, buscando las palabras necesarias. Pero no podía pensar claramente si a su mente venían los recuerdos de lo ocurrido en el hotel. Suspiró, frustrada -. Y-ya te a-acostaste c-conmigo, ¿p-para qué quieres seguir viéndome? - preguntó al fin, sin voltear a verle.

¿Acaso la estaba buscando para hacerlo de nuevo? ¿Eso era todo lo que veía en ella? ¿Sexo? Se mordió un labio con fuerza, tratando de no llorar. Esto era realmente complicado...

Su corazón volvió a dar un vuelco en cuanto le escuchó decir lo primero. ¿Estaba... interesado en ella? ¿Eso quería decir que no la veía simplemente como una chica con la cual pasar una buena noche y no saber de ella hasta la siguiente semana? Se sintió enormemente feliz al escucharle... hasta que dijo eso último.

Se asustó. No quería que se fuera. Si se iba, significaría que no volvería a verlo, y aquello era algo que no creía llegar a soportar. Se había vuelto dependiente de él, aunque no le gustase admitirlo. Rápidamente se puso de pie y se dio la vuelta para seguirlo.

- ¡N-Nein, Bent, yo...! - comenzó a decir, pero apenas dio un paso, la suela de su tenis resbaló con el pasto mojado, perdió el equilibrio y cayó de espaldas al lago, haciendo un sonoro estruendo y que un par de patos se alteraran.

Tragó un poco de agua por la sorpresa, y aprovechando que el lago no estaba tan profundo, se puso de pie para poder sacar la cabeza y respirar un poco. Tosió y se quitó el fleco mojado de la frente para poder enfocar tan siquiera algo. Algo torpe, salió del lago, tiritando por culpa del frío y escupiendo un poco de agua que aún tenía en los pulmones.

Se sonrojó intensamente al sentir los brazos de él rodeándola de aquella manera. Se aferró a él de una manera débil, puesto que comenzaba a entumirse un poco y se sentía algo mareada por la repentina falta de aire. Cuando creyó estar mejor, se separó un poco para mirarle a la cara.

- E-estoy bien - respondió con voz ronca y sin dejar de temblar. Por puro instinto, se acurrucó más contra él, buscando su calor y sintiendo un pequeño Deja Vú.

Ocultó su rostro en el pecho del menor, mientras que cerraba los ojos. Si hacía eso, tendría el valor para hablar con él sin tartamudear o decir cosas estúpidas que el otro malinterpretaría.

- No quiero que te vayas - susurró -. Q-quédate... c-conmigo - pidió, no logrando del todo dejar de balbucear por culpa de la pena.

Podía escuchar perfectamente el latir de su corazón contra su pecho. Era como si alguien se lo hubiese sacado y se lo hubiera puesto en uno de sus oídos. Se preguntó por unos instantes si el otro también podría escucharlo, y aquello hizo que el color rosa de sus mejillas contrastara con el morado de sus labios (producto del frío).

Se dejó hacer por el menor, haciendo una pequeña mueca como si fuese niña pequeña a la que su padre estaba limpiando después de haberse ensuciado con un caramelo. Deja de pensar en ello se regañó, algo avergonzada.

- D-danke - murmuró, acurrucándose más contra él y la chaqueta. Y hablando de la prenda, ella ya la había dejado empapada. Si el danés se la ponía, también tendría frío - L-lo lamento - se disculpó rápidamente, mientras que señalaba el cuero mojado. Luego notó que lo estaba empapando a él también al pegarsele de esa manera, y se apenó más - Te e-estoy mojando... - susurró, al mismo tiempo que se apartaba un poco de él.

Aquel beso la tomó por sorpresa. Al principio no supo que hacer, pero poco a poco comenzó a ceder y correspondió el beso. Tímidamente, lo rodeó con sus brazos, ayudándole al otro a eliminar la distancia que había entre sus cuerpos. Su pulso se disparó y se estremeció levemente, aunque no por el frío.

Los recuerdos de aquella noche lluviosa regresaron a su cabeza. La sensación de las manos del danés recorriendo su cuerpo desnudo y la forma en que la penetró hizo que soltara un suspiro contra sus labios. No se había dado cuenta de cuánto le había extrañado y necesitado. Se separó lentamente de él y rápidamente apartó su mirada, ocultando su rostro nuevamente en el pecho de él.

Si lo seguía mirando... si se dejaba vencer por aquella sonrisa que siempre estaba en sus labios, sabía que diría aquello que sentía por él. Y no quería. Tenía miedo.

Se acomodó en el torso del otro, sin decir una sola palabra. A parte de que no sabía qué decir, el silencio que había surgido entre ellos era realmente cómodo. Tímidamente, comenzó a hacer círculos en el pecho del otro con tal de distraerse y no ponerse a pensar que parecían estar en una escena de alguna película romántica... de nuevo.

Soltó otro suspiro, esta vez para romper un poquitín el silencio. No era que le molestase, pero la ponía algo nerviosa. Le gustaría saber lo que pensaba el danés acerca de ella o de lo que había ocurrido en el hotel. Pero le daba pena preguntarle, al igual que un poco de miedo. ¿Se enojaría con ella? ¿se burlaría? Bufó y volteó a ver el cielo, notando que estaba despejado.

Miró durante un buen rato la luna y las estrellas, mientras que notaba cómo su cuerpo comenzaba a recuperar el calor perdido. Se levantó un poco para poder mirar al otro, con el rostro totalmente sonrojado.

- ¿Bent? - le llamó, y una vez que obtuvo su atención, respiró hondo para obtener algo de valor -. K-küss mich*.

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Küss mich: Bésame.

Se estremeció al sentir como sus pechos eran aplastados de aquella manera, y una felicidad embriagante la invadió al ver que cumplía su pequeño "capricho". Correspondió el beso de manera animada y algo deseosa, pero las caricias que repartía por las mejillas del danés seguían siendo tímidas y suaves.

Su cuerpo le pedía más, pero ella no estaba segura de querer repetir lo del hotel. No era porque no le hubiese gustado. ¡Lo había disfrutado como nunca! Pero simplemente se hacía ilusiones, y aquello le hacía deprimirse más. Se separó lentamente de él cuando el aire le hizo falta y cerró los ojos con fuerza. Su corazón latía dolorosamente en su pecho y las lágrimas amenazaban con volver a salir de sus ojos, pero no lo permitiría.

No dejaría que el danés la viese llorar, de nuevo.

Se dejó hacer, soltando un suspiro en el proceso. Realmente se sentía tan cómoda y cálida entre los brazos del pelirrojo, y deseó que eso siguiera así para siempre. No quería separarse de su lado, y también quería volver a sentir sus labios contra los de él. De manera tímida, buscó sus labios para darle suaves y cortos besos.

Sus manos, mientras tanto, acariciaban su espalda y torso cariñosamente, pero sin llegar a "segundas intenciones". Cerró los ojos con fuerza y su rostro se sonrojó cuando escuchó nuevamente los latidos de su corazón. Se sentía tan feliz, tan llena, tan alegre...

- Te quiero - susurró casi sin darse cuenta, y una vez que analizó sus palabras, abrió los ojos de golpe.

¡No, no, no, no, no, no! Se separó de él, asustada, tapándose la boca con ambas manos y mirándole fijamente. ¡¿Cómo había sido tan estúpida como para decírselo?! Iba a rechazarla, iba a odiarla, iba a burlarse de ella...

Y la histeria y el nerviosismo eran tanto que malinterpretó todo.

Creyó que le había sonreído de manera burlona (aunque no fue así) y creyó que sus palabras significaban otra cosa. Al borde del llanto, se puso rápidamente de pie, mientras que temblaba levemente. No por el frío, sino por el dolor y el miedo.

- A-ah... n-no d-debí de ha-haber dicho e-eso... - apartó la mirada, no queriendo que el otro la mirase -. Y-yo... d-debo d-de irme - y sin esperar respuesta por parte de él, comenzó a caminar colina arriba.

Con cada paso que daba, las lágrimas brotaban de sus ojos y resbalaban por sus mejillas hasta perderse en el suelo. Apresuró más el paso, y sin darse cuenta, pronto estuvo corriendo. Quería alejarse lo más pronto del danés. Quería olvidar todo y seguir con su vida de antes. Quería que el dolor en su pecho desapareciera para siempre. Corrió y corrió por la pequeña vía de peatones que rodeaba el lago, esperando salir pronto de ese lugar.

Todo sucedió tan rápido que ni tiempo tuvo de reaccionar. Para cuando se dio cuenta, la alemana ya se encontraba corriendo, lejos de su campo de visión. Permaneció unos segundos estupefacto, sin comprender absolutamente nada. ¡¿Ahora qué rayos le sucedía a esa mujer?! ¡¿Cómo era posible que existiera tanta bipolaridad en una sola persona?! Era el colmo, ya incluso pensaba en recomendarle algún psiquiatra o algo.

Tras sacudir un par de veces su cabeza para despabilarse, se puso de pie rápidamente para correr y llegar hasta su moto. Bien, no entendía nada de lo que le ocurría, pero no la iba a dejar irse así como así, le debía una explicación... y su chaqueta.

El motor rugió con fuerza, y de inmediato aceleró en dirección donde ella se fue, haciendo rechinar sus llantas y dejando la huella de los neumáticos marcada en el suelo. La alcanzó en poco tiempo y pasó a su lado, atrapándola al tomarla con uno de sus brazos por la cintura al tiempo que daba una rápida vuelta en U para detener la moto en una improvisada acrobacia, felicitándose mentalmente por haber hecho algo tan "cool" y genial como solo un Bad Boy como él podía.

Terminó con la muchacha subida también en la moto, sentada sobre su regazo.

-Bien... ahora puedes explicarme... ¡¿Qué rayos te sucede?!

Cuando sintió su brazo rodearle por la cintura, soltó un grito. Tal vez de terror o de sorpresa, pero aún así gritaba como si la estuvieran... matando o algo así(?). Cerró con fuerza los ojos al sentir que iba a morir por culpa del danés y sus acrobacias de gente de circo, pero en cuanto la motocicleta se detuvo sin que se hubiera volcado o algo así, soltó un suspiro, relajada...

... para luego abofetear al pelirrojo con todas sus fuerzas, simplemente por pura costumbre (y para ser ser sinceros, aquello pareció más un puñetazo que una cachetada).

- ¡¿C-cómo que qué me p-pasa, idiot?! - chilló, aún sin dejar de llorar -. ¡T-te digo q-que te quiero y-y tú simplemente r-respondes con un "es bu-bueno saberlo" - frunció el ceño, soltando más lagrimas - ¡¿c-cómo q-quieres que r-reaccione, imbécil?!