Para matar el tiempo (Privado)

Era feriado, por lo que algunos alumnos habían aprovechado para pasar el día fuera, con sus familias o en el pueblo con sus amigos. Muy pocos se quedaron, y los que no se fueron andaban en la piscina o en las áreas recreativas de la institución. Casi no se veía a nadie por el patio.

Mejor para él, así podía disfrutar de la tranquilidad que le brindaban los agradables sonidos de la naturaleza, normalmente se aturdía muy fácilmente si había mucho escándalo.

Con su bastón fue tanteando los alrededores, aunque ya se conocía más o menos el camino de memoria, pero por si había algo en medio nunca venía mal cerciorarse. Una vez llegó a la banca se sentó en esta, comprobando que la zona estaba completamente despejada. Se recargó contra el respaldo al dejar cerca suyo su bastón y de su bolsillo sacó una bolsa de dulces.

-Nada mejor que comer tu refrigerio al aire libre, ¿verdad, Emily?~- Comentó hacia su muñeca, en lo que se llevaba un caramelo a la boca.

Soltó un suspiro, mientras que pateaba una piedrita que se encontraba a su paso.

No había podido disfrutar del día con Louise, puesto que se tuvo que quedar a firmar un par de exámenes y reportes, por lo que su hermanita había decidido salir a la ciudad con el tal Densen ese. Frunció el ceño al recordarlo, puesto que si había algo que detestara con toda su alma, eran los chicos que sólo estaban cerca de su hermana menor para intentar propasarse. Sabía de los rumores de él en la escuela, y aunque le había dicho a Louise que no la quería ver cerca de él, ella había decidido "rebelarse" (cosa que debía de admitir, le sorprendió bastante).

Por culpa de su enojo, no podía concentrarse bien en sus labores como maestra, por lo que había decidido dar una vuelta por los jardines para despejarse un poco. Bueno, Louise ya era lo suficientemente mayor como para decidir con quién salir y quién no, pero... aún así le dolía saber que su hermanita pronto dejaría el nido, y que ya no tendría que cuidarla como antes...

Una voz la sacó de sus pensamientos, y cuando alzó la vista se encontró con un tipo albino, al igual que ella. Recordó haberle visto vagamente antes, y después de hacer mucha memoria, se acercó a paso dudoso hacia donde él estaba.

- ¿Profesor Atlas? - le llamó, de forma algo dudosa, puesto que no recordaba si ese era el nombre del otro.

Unos repentinos pasos dirigiéndose hacia él le avisaron que ya no se encontraba solo en el patio, y cuando esa mujer le habló él de inmediato volteó hacia donde ella se encontraba.

-Ese soy yo~- Respondió con la misma extrañeza característica el saludo, alzando con cierta gracia una de sus manos como si se tratara de un niño, manteniendo esa sonrisa despreocupada en su rostro.

Durante el momento de silencio, intentó analizar la voz con la que lo había llamado para recordar de dónde la conocía. El timbre de su voz parecía ser el de una mujer adulta, por lo que seguramente sería una profesora si ese era el caso. Pero también tenía muchas alumnas, principalmente las del último año, que ya tenían voz de mujer adulta, y eso lo desubicaba un poco a la hora de reconocer a la gente con la que había tenido poco contacto.

Bajó entonces su mano, desistiendo de su intento por intentar reconocerla.

-Disculpe mi mala memoria, señorita~, no puedo recordarla. ¿Sería tan amable de refrescar mi mente?- Preguntó ahora, casi con el mismo tono y expresión de antes.