Primera clase de Mates! "Cuidado con los tomates voladores"

Mientras ignoraba a los otros alumnos estaba hablando con su compañero de banco, osea el chico americano, hablaban de lo genial que habia sido la idea de ambos en planear esa trampa para el profesor o la profesora que fuera a entrar, sintio la puerta y miro rapidamente hacia esta esperando que resultara.

La puerta comenzo a abrirse, sin embargo, quien sea que la estuviera abriendo estaba retrocediendo... ¡Rayos! ¡estaba preparad@ para esa trampa! bufo un poco resignado hasta que la puerta se abrio completamente ya con los articulos de la broma desparramados por el piso, se escucharon unos tacones rezonar por toda el aula, alzo la vista... era una chica, con ojos verdes y cabello castaño, igual a los colores que el poseia, ella al llegar a su escritorio se presento.

''Isabel Fernández Carriedo''... estaba alucinando? tenia sus apellidos... prefirio dejar las sospechas de que era su hermana para despues y se puso de pie cuando ella pidio que se presentaran.

-¡Buenos dias maestra! ¡yo me llamo Antonio Fernández Carriedo y suelo ser un dolor de cabeza para todos los maestros! -Fue sincero en todos los sentidos, sin pensar mucho en lo que dijo.- ¡Ojala le agrade este salon al ser nueva! Le dire que no somos muy faciles asi que mucha suerte! -sonrio calidamente y se volvio a sentar en su lugar.


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Es lo más largo que he escrito ;3;

Estaba conversando animado con el español - of course! el maestro o la maestra se llevara una sorpresa cuando entre y le caiga todo eso encima! - Se quedo mirando la puerta notando que la profesora estaba entrando "bien, el rosado le sentara genial" pensó, hasta que de pronto vio la que la mujer esquivo la trampa - shit! estaba preparada!- vio su broma desplomarse frente a sus ojos, le hubiera encantado ver a la profesora llena de plumas, bien, sería con otro profesor... - uh? - escucho atento a la profesora presentarse "tomates voladores? Fernandez Carriedo?" iba a decirle algo al español a cerca de eso, pero cuando estaba a punto de hablar este comenzó a presentarse, se le quedo mirando, esperando a que este terminara y luego el se puso de pie haciendo un saludo con la mano al estilo militar -Yosh, sigo yo! buenos días maestra mi nombre es Alfred F. Jones, el héroe del colegio, del mundo, and stuff! - sonrío emocionado - si algún día tiene problemas, que no sean con mis notas en su ramo, puede avisarme! - pensó un poco- se me olvidaba, si me va a regañar no le prestaré atención! Bienvenida sea a la clase - tomo asiento contento con su presentación.

Miró fijamente al rubio y al castaño cuando pusieron la trampa en la puerta, y suspiró. ¿Realmente esta era la Academia de la que el abuelo siempre hablaba? Prefería mil veces ir a la milicia que estar con todos esos idiotas.

Cuando la profesora se presentó, esperó a que llegase su turno para hacerlo. Se puso de pie y carraspeó un poco, parándose derecha para parecer lo más formal posible.

- Mi nombre es Louise Beilschmidt, puede llamarme Lou si lo desea - hizo una leve reverencia -. Un gusto conocerla, señorita Fernández -le saludó, para luego tomar asiento y mirar atenta a la castaña.

Observaba desde mi lugar cómo la broma de los dos idiotas fracasaba. Suspiré aburrido y miré hacia la ventana, aprovechando que mi asiento estaba al lado del cristal... pero tres simples palabras lograron traerme a la realidad como una pedrada: "Profesora de matemáticas"... Tragué grueso. Genial, la primera clase del primer día y tenía que ser con la materia que más detesto.

Bufé cuando fue mi turno de presentarme. A diferencia de mi hermana, yo sí haría el esfuerzo... solo porque la profesora estaba guapa. Sin levantarme de mi asiento, me limité a mirar a la profesora.

-Mi nombre es Lovino Vargas... por favor, no espere que ponga mucha atención a sus clases- Le advertí desinteresado, sin desprenderme jamás de mi acento italiano, cosa que logró atraer las miradas de algunas chicas...

Se quedó mirando con cara de espanto a la profesora "una prueba!? pero si acabamos de entrar!!" tomó la prueba en tus manos quedando en shock, oh si no entendía nada de nada, solo veía un monton de x, y, y miles de letras y símbolos que no podía entender como una ecuación - what the fuck? - fue lo único que pudo decir en un susurro al terminar de revisar la prueba por ambos lados " bien, tendré que esforzarme! y sacar una sobresaliente aunque la prueba no tenga nota, im a hero!" pensando esto tomo su lapiz firmemente logrando comprender un poco más ahora que era 'personal' "YES WE CAN!" se concentró total y únicamente en la prueba, más que nada para demostrarse a si mismo que el puede con todo lo que se le ponga en frente.

Miró a la maestra de golpe cuando de su boca salieron las palabras ''debéis de hacer esta prueba para que yo sepa que nivel tenéis.'', quedo completamente pálido, aunque el examen no tuviera calificación sabia que terminaría complemente mal. Al recibir la hoja la reviso por ambos lados rápidamente... llegando a la conclusión de que no entendía nada, nada, nada. Coloco su nombre ''tranquilamente'' en la hoja, reviso las instrucciones, al terminar tomo un bolígrafo y leyó un ejercicio, dispuesto a hacerlo. Su mente quedo completamente en blanco y comenzó a temblar levemente ''Qué... es esto?... no entiendo nada...''. Se abofeteo mentalmente para calmarse y comenzó a resolver y contestar. No comprendía nada pero al menos una debía sacar correcta, ¿verdad?

Una de sus cejas se enarcó tan pronto escuchó la palabra "prueba". Bien, admitía que las matemáticas le disgustaban, es más, las aborrecía, pero si quería seguir manteniendo la buena reputación de la familia Beilschmidt tenía que aprenderlas.

Es por eso que tras escribir su nombre en la parte de arriba, el primer ejercicio se le hizo fácil. Primero, como siempre hacía, revisó todo el exámen. Había algunos ejercicios que se le dificultarían un poco, pero bah, algo que no pudiese hacer al final. Suspirando, tomó uno de sus lápices (nunca le había gustado contestar con pluma los exámenes) y comenzó a realizar la primera incógnita...

-Bien, como no hay ninguna pregunta, os diré que sólo tendréis media hora para hacer el exámen... Quiero que empecéis...-miró su reloj- Ya-y se sentó en su sitio sabiendo que muy pocos habían escuchado que sólo tendrían media hora.

Mientras pasaba el tiempo, se entretuvo mirando a cada uno de los alumnos y alumnas como intentando aprenderse el nombre de todos con tan sólo mirárlos. Algunos lograban llamárle la atención pero, estaba segura de que, seguramente serían los que menor nota le sacasen.

Sonrió recordando todos sus trucos para hacer trampa y copiar en estos exámenes, por algo se había metido en esta en carrera.

Recordó instintivamente a su padre, el cual seguramente estuviese en el huerto cultivando los tomates. Su padre, ahora que ella se había ido definitivamente a otro lado, vivía sólo y por ello no pudo evitar pensar también en las veces que le preguntó por su madre y nunca le respondió con lo que ella quería escuchar. La verdad.

Sonrió algo melancólica y miró de nuevo su reloj. Ya había pasado más de media hora por lo que se levantó de su asiento dando algunas palmadas para llamar la atención de todos.

-Pasad todos los exámenes al compañero que tengáis delante y que el primero de cada fila me los dé.-indicó notando como algunos maldecían- Creo recordar que dije que os daría media hora, pues bien, os dí más tiempo así que basta de quejas. Total no contará para la nota final.

Me encontraba sumamente entretenido dibujando sobre la hoja del examen, que ni siquiera me molesté en hacer... Total, ni contaba para la nota, ¿Para qué complicarme la existencia entonces?...

Estaba terminando de hacer la obra de arte del siglo, una imagen del Vaticano hecha a lápiz... Y justo cuando estaba terminando, ya por los últimos retoques, la profesora nos ordenó terminar el examen... Chasqueé la lengua molesto y maldije por lo bajo. Me faltaba tan poco...

Ya qué, le pasé la hoja al de adelante, junto con las de los que se encontraban detrás de mí. Recargué mi cabeza sobre una de mis manos, pasando a mirar ahora el paisaje fuera de la ventana, mientras que esperaba a que la clase terminara.

Tomó los exámenes que le pasaron, entregando el suyo también. Fue una suerte que lograse terminar todos los ejercicios a tiempo, y para mejorar las cosas, que estuvieran correctos.

Se levantó de su asiento, puesto que era la primera de su fila, y le entregó los exámenes a la profesora, para luego volverse a sentar en su sitio. Comenzó a jugar algo nerviosa con su lápiz, mientras que miraba de reojo el reloj que estaba colgado en la pared, deseando que la clase terminase pronto para poder huir (literalmente) de allí.

Hizo la mayoría de los problemas con algo de dificultad... la verdad con mucha dificultad, el no servia para matemática. Claro que servia para contar tomates y eso implicaba saber números, pero todo lo que es ecuaciones, fracciones, potencias, raíces, entre otros, eran sus peores enemigos, podría decir que hasta eran sus enemigos mortales.

Al sentir la voz de la maestra llamar, solo pudo hacer un puchero acompañado de un berrinche que contenía un ''aaaaaahh'' de queja hacía la profesora, no había terminado y para peor. No sabía si estaría bien lo que resolvió, con el puchero imborrable recibió los examenes revisándolos con la mirada rápidamente. ¡Se había equivocado en todo! ¡Por kami!. Si fuera un examen sumativo se hundiría como un bote con un mini-agujero en el.

Miró a su ''amigo'', quien tenía una cara de terror bastante extraña, ¿qué le habrá pasado?, bueno, por el momento no importaba.