Hot? [Privado/R+18]

Rió un poco en respuesta. Sabía que el otro la haría sufrir, y mucho, pero al menos se dejaría hacer con el recuerdo de que también logró hacerlo sufrir a él.

Movió más rápido sus pechos, queriendo escuchar más de sus gemidos... que si bien eran gruñidos, le incitaban a continuar con ello. Totalmente roja como estaba, volvió a introducir la punta de su miembro en su boca, y mientras que la succionaba, usó su lengua para jugar nuevamente con su centro. Realmente, después de esto le daría mucha pena volver a verle a la cara, puesto que no estaba acostumbrada a hacerle este tipo de cosas al menor.

Tragó todo lo que pudo cuando el otro se corrió en su boca, pero aún así tuvo que separarse de su entrepierna para toser un poco y tratar de respirar. Se limpió los hilos de saliva y de semen que escurrían por la comisura de sus labios, para luego mirarle con una sonrisa pícara.

Gateó hasta colocarse encima de él, con sus bocas a escasos centímetros de distancia y con sus pechos apenas rozando el torso de él.

- ¿T-te gustó? - preguntó, algo tímida. Le había costado mucho poder preguntar aquello, pero realmente quería saber si el otro lo había estado disfrutando... aunque bueno, por sus gemidos y jadeos, ya podía hacerse una idea.

Soltó un suspiro cuando el otro los hizo girar. Se lo esperaba de él, aunque bueno... había valido la pena hacerlo sufrir hace rato. Cerró los ojos y soltó un jadeo cuando el otro comenzó a jugar con sus pechos. Se retorció bajo su cuerpo, y su espalda comenzó a arquearse levemente.

Se estremeció al sentir las caricias en su entrepierna, y gimió cuando el otro comenzó a pellizcar su clítoris. Rápidamente sus manos se aferraron a su cabello y lo presionaron más contra su pecho, queriendo sentir más de aquel placer. Movió su cadera contra la mano de él, maldiciéndolo internamente ante sus amenazas de no penetrarla con sus dedos. Se mordió los labios con fuerza y soltó un bufido, algo frustrada.

¡Lo iba a castrar cuando todo eso pasara, lo juraba! Se retorció más y tiró con más fuerza de su cabello, mientras que una de sus manos descendía hasta llegar a su espalda y arañarle con fuerza, casi sacándole sangre.

Sollozó y gimió de placer, sin dejar de mover sus caderas, tratando de hacer que los dedos de él la penetraran de una vez por todas. Pero no lo conseguía, y aquello en vez de disfrutarlo le hacía frustrarse más de lo que por sí ya estaba. Lo necesitaba de una buena vez, pero él era igual de terco que ella y no le daría lo que quería hasta hacerla sufrir. Quiso fulminarlo con la mirada, pero sabía que el otro estaba más que entretenido con su pecho y no le vería, por lo que no le vio al caso.

Infló los cachetes en un pequeño puchero, y a manera de venganza, rozó su rodilla contra la entrepierna de él, como queriendo decirle que no se daría por vencida.

Chilló ante la primera mordida, y en reclamo, le enterró más las uñas en la espalda, para luego arañarlo como si se tratara de un gato o algo por el estilo. Sin embargo, cuando metió sus pezones dentro de su boca, no pudo evitar gritar de placer. Se sentía... endemoniadamente bien, o eso fue lo primero (y lo único) que pensó en ese instante.

Como pudo, rodeó su cadera con sus piernas y alzó la pelvis, dándole todo el acceso que quisiera a su entrepierna. Sin dejar de gritar, atrajo más su cabeza hacia sus pechos, sin dejar de arañarlo hasta casi sacarle sangre.

Se estremeció por completo al sentir como descendía hacia su entrepierna. El danés tenía la costumbre de... bueno, de "atacarle" esa zona antes de penetrarla o de cualquier otra cosa. Sin embargo, aún no se acostumbrada a que invadiera aquella zona tan privada. Intentó cerrar las piernas, pero él se lo impidió, y esta vez si que lo fulminó con la mirada, importándole poco si le veía o no.

- ¡¿Q-qué... qué haces?! - dijo, casi chillando tanto de placer como se sorpresa. Su respiración se agitó al igual que su pulso, y tuvo que apoyarse en sus hombros para poder mirar al otro, con el rostro rojo a más no poder.

Tembló al sentir la lamida en su entrepierna, y sin poder aguantar más, sus brazos cedieron ante su peso y cayó de espalda a la alfombra, para luego retorcerse de placer y gemir con fuerza. Restregó su entrepierna contra el rostro del otro, pidiéndole más de ello, importándole ya poco si no la penetraba de una vez.

De hecho, su mente se había puesto en blanco. Su cuerpo se movía por pura inercia, buscando más de aquel placer. Llevó una de sus manos al cabello de él para presionarlo más contra su centro, mientras que su otra mano se aferraba a la alfombra y tiraba de esta, queriendo desquitarse con algo.

Su espalda se arqueó con fuerza al sentir como comenzaba a penetrarla con la lengua. Jadeó y comenzó a presionarlo más contra su centro, queriendo sentirlo más adentro.

- A-ahhh~ j-ja, a-así, así~ - gimió, sin dejar de retorcerse de placer y de arañar con fuerza la alfombra. Cerró sus piernas, impidiendo que el otro se separara de su entrepierna.

Casi sin pensarlo, dejó en paz la almohada para comenzar a jugar con uno de sus pechos, buscando más placer. Lo estrujó y tiró de este, comenzando a gritar y a gemir con más fuerza.

Ya no sabía que hacer, si gritar, gemir o jadear. Su cadera se movía de atrás hacia adelante, queriendo sentir más placer del que la lengua y los dedos del otro le provocaban. Dejó en paz la cabeza del menor para llevar su mano al pecho que tenía libre, sólo para comenzar a pellizcar sus pezones y a tirar de estos con algo de fuerza. Era la primera vez que se tocaba de esa manera, y debía de admitir que se sentía demasiado bien. Soltó un pequeño chillido mezclado con un grito cuando un cosquilleo se apoderó de la zona baja de su vientre, indicándole que no tardaría mucho en correrse.

- ¡Be-Bent, a-ah! ¡V-voy a c-correrme! - gritó, sollozando un poco y mordiendo su labio con fuerza, tratando de reprimir su orgasmo un poco más para seguir disfrutando de aquello.

Su labio comenzó a sangrar debido a la fuerza con la que lo mordía para tratar de retener su orgasmo. No recordaba otra ocasión dónde el danés la hubiera hecho sentido de esa manera... bueno, tal vez su primera vez, pero esto era otro nivel. O bueno, eso creía ella.

Cuando ya no pudo aguantar más, sintió como algo en su interior explotaba, llenándola por completo de placer. Chilló y gritó de placer, al mismo tiempo que se arqueaba con fuerza, importándole poco si se lastimaba la columna o no. Tembló un poco, aún con el placer cegando sus pensamientos. Acarició suavemente uno de sus pechos por acto reflejo, tratando de mantener algo de placer en su cuerpo.

Lo miró gatear hacia ella, con una expresión levemente cansada y adormilada. Soltó un jadeo cuando él comenzó a estrujar su pecho, y tembló cuando comenzó a presionar su pezón. Con las manos temblorosas lo abrazó del pecho y lo atrajo hacia ella, queriendo sentirlo más cerca.

- B-Bent - lo llamó, con un tono suplicante y un par de lágrimas en los ojos -. Ha-hazme el amor, bitte - pidió, ocultando su rostro en el hueco que había entre su hombro y su cuello.

Ya le importaba poco si su orgullo se hacía pedazos ante esa súplica, lo único que quería era sentirlo dentro de ella y terminar con eso de una vez por todas.

Correspondió sin dudar el beso, sintiendo también las ansias del otro. Rodeó su cadera con sus piernas, dándole un mejor acceso para que pudiera penetrarla mejor.

Se estremeció al sentir como comenzaba a introducirse dentro de ella. Soltó varios jadeos ahogados y mordió con suavidad uno de los labios de él, mientras que cerraba los ojos con fuerza. Lo abrazó con fuerza y arqueó su espalda, y una vez que terminó de introducirse, soltó todo el aire que había estado guardando en un gemido.

Mientras que jugaba con la lengua de él, comenzó a mover su cadera contra él, queriendo que empezara de una vez por todas con el vaivén.