Mellem tømmermænd og strømafbrydelser (Privado)

Lo fulminó con la mirada ante lo que le estaba diciendo, hasta que dejó en claro aquello. Algo desconfiada, regresó su vista al plato, notando que ya no tenía huevo. ¿En qué momento se lo había terminado todo?

- No me importa morir.... "a-así" - confesó, aún sin entender como es que le seguía diciendo todas esas cosas al otro. De verdad, ¿qué habían hecho ayer en el bar? Tenía que refrescarse la memoria pronto -. M-mi punto es, idiota, que no voy a hacerlo con otro hombre que n-no sea... "e-el indicado". Poco me importa morir virgen o no, yo..... - dejó de jugar con su comida, para luego soltar un suspiro -. Ni siquiera sé porqué te digo todo esto.

Y sin decir más, se puso de pie, dispuesta a llevar su plato de comida al fregadero para lavarlo.

Suspiró también, imitando las acciones de la alemana y llevando también su plato hacia el fregadero.

-Pues con esa mentalidad, créeme que terminarás muriendo virgen...- Comentó luego de un rato de silencio. -Deberías darte la oportunidad por lo menos...- Pero nuevamente, al sentir su mirada fulminante, se vio obligado a argumentar una rápida defensa. -Que no lo digo para acostarme contigo, lort*...- Se rascó la cabeza y dio media vuelta. -Pero bien, haz lo que quieras, tus asuntos no me incumben...- Terminó con un pesado suspiro, para luego abrir una ventana de la cocina y saltar hasta quedar de cuclillas en el marco de ésta, donde finalmente se giró para verla, cambiando de un momento a otro su expresión hasta recuperar nuevamente su sonrisa burlona. -Pero te aseguro que tarde o temprano terminarás en la cama conmigo... linda-

Y antes de que la otra pudiera reclamarle, saltó por la ventana, alejándose de allí de una vez por todas... y de paso intentar recordar cómo se le hacía para regresar a Dinamarca.

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Lort: (creo que a estas alturas ya todos lo saben, pero bueno...) Mierda, en danés 8Db (?)

Tan pronto escuchó eso último, lanzó un plato hacia la ventana, casi como si fuese uno de esos discos que se tiran durante los Juegos Olímpicos. Poco le importó si este le dio al danés o no. ¡¿Qué demonios le hacía creer a él que ella planeaba terminar en su cama?! Farfullando, se secó las manos y se encaminó hacia las escaleras, deseando tomar pronto una ducha.

Mientras que esperaba a que la tina se llenase, comenzó a quitarse la ropa, no sin antes asegurarse de que el danés ya no estuviera en su casa. Se metió lentamente en el agua tibia, soltando un suspiro totalmente relajado. Cerró los ojos, se apoyó contra una de las esquinas de la tina y se quedó tranquila, dejando que el agua caliente hiciera su trabajo.....

... hasta que claro, su mente se despejó, y los recuerdos de la noche anterior asaltaron su cabeza, haciendo que se sobresaltara y estuviese a punto de ahogarse en la tina.

¡¿Pero qué demonios hice?!