Museos, donde se puede sentir la historia..o revivirla [Maria]

Paseaba entretenido por la ciudad, hoy hacia un día nublado y con grandes previsiones de lluvia y no habia traido paraguas. Sacudi la cabeza, meti las manos en los bosillos del pantalon y segui paseando para buscar algo que hacer antes de que lloviera. Me fije en la gente que hacia cola para entrar en un museo. Segun habia leido, hoy era gratis entrar en los museos y para mi un museo, y aun mas uno de historia, era como mi particular album de recuerdos. Me coloque al final de la fila. Por suerte no llamaba mucho la atencion, habia escojido algo de ropa juvenil, una sudadera verde y unos vaqueros. Esperaba encontrarme a alguien mas que viniera ver el museo, estaba seguro que no aguantaria todo lo relacionado con la antigua URSS

Había estado viendo el mismo cuadro durante... ¿qué sería? ¿Dos horas? Y ni siquiera se encontraba cansada de estar de pie o molesta por las miradas de los empleados, los cuales esperaban que se moviera de una vez de allí.

Pero es que no podía evitarlo. Aquel cuadro era de aquel hombre al cual consideró como un padre. El viejo Fritz. Sonrió con cierta melancolía al recordar aquellos viejos tiempos en los que él aún vivía y había tratado de hacer que su hermano y ella se comportaran como una nación y una capital... "decentes". Rió cuando el recuerdo del viejo tratando de hacer que ella se pusiera un vestido cruzó por su cabeza. Soltó un suspiro y siguió caminando, encontrándose ahora con un cuadro del muro de Berlín.

Aquello le puso triste. Recordaba cuando el ruso proclamó sus territorios como suyos y creó ese estúpido muro para separarlos del resto de sus hermanos. Frunció un poco el ceño, y nuevamente, como con el cuadro anterior, se quedó viéndolo durante un buen rato, sin notar la presencia cercana del lituano...

Caminaba por las salas evitando a toda costa las salas de la guerras fria, pero hubo algo que me hizo entrar. Podria reconocer ese pelo blanco, ya que no era muy normal, sobretodo si la chica era joven. Me puse a su lado, intentando no molestarla, mientras que observaba el mismo cuadro que ella. Sabia lo que era estar separado de tus seres queridos. Yo no habia podido soportar estar lejos de Feliks, despues de todo el tiempo que habiamos pasado juntos. No sabia cuando podia interrumpirla ni como hacerlo.
-Eh...Es dificil estar lejos de los seres queridos,¿verdad?-no sabia que mas decir. Ella habia pasado lo mismo que yo, aunque fuera por un perido de tiempo mas corto, pero por lo menos no la habian engañado para ir a casa de Ivan, como nos paso a nosotros

La voz del báltico logró sacarla de sus pensamientos. Se giró y volteó a ver al castaño, mientras que sonreía con algo de arrogancia, como siempre lo hacía cuando quería que los otros no viesen su dolor interno.

- ¡Oh, Thoris! - le saludó, mientras que le daba leves palmadas en la espalda - ¡Tiempo sin vernos! kesesese~ - volteó a ver al cuadro una vez más, para luego suspirar -. Humm... sí, supongo que ha de ser difícil - murmuró, como si le restara importancia al asunto. La verdad es que si lo era, le había costado mucho trabajo no ponerse a llorar en la casa del ruso cada vez que extrañaba a sus hermanos. Se alegraba ahora de ser libre y poder estar con ellos - En fin, ¿tú qué haces por aquí, eh? ¿Buscabas la presencia de la awesome yo? - rió.

La verdad estaba feliz de poder pasar el tiempo con alguien y no estar sola, recordando malos momentos... aunque claro, nunca lo admitiría.

Sonrei cuando note que desviaba la atencion del cuadro. Era mejor aparcar los malos momentos, aunque yo deberia ser el primero en aplicarme el cuento, siempre estaba amargado por el pasado.
-Simplemente buscaba algo que hacer antes de que lloviera, aunque un museo de historia no es mi opcion favorita-Rei un poco y segui mirando el cuadro. Ivan habia sido siempre un ser despreciable y maldito fue el dia en que pense que podria ser un buen pais. Sacudi la cabeza y cogi la mano a Maria, alejandola de alli
-Hay mucho museo que ver-Y con esa simple escusa me la lleve a otra sala, aunque casi me dio un ataque cuando vi en que sala nos habiamos metido. "El pacto germano-sovietico". Tenia ganas de huir de alli, pero tenia que aceptar algun dia que fui vendido a Ivan por el jefe de Ludwig. Mire de reojo a Maria, no sabia si ella estaba al tanto o no de las calusulas secretas, pero no podia tomarla por ella.
-¿Se-Seguimos o no-nos va-vamos?-Habia empezado a temblar, aunque esperaba que Maria elegiera el irse de la sala

Miró la sala a la que acababan de entrar, y nuevos recuerdos asolaron su mente. Recuerdos en los que Ludwig les había prometido a ella y a su hermano regresarles sus tierras a como diera lugar. Sonrió con tristeza, para luego voltear a ver al lituano confundida. ¿Por qué estaba tan nervioso? Rodó los ojos, él siempre era así. O bueno, desde que le conocía.

- Hum... sí, claro - se encogió de hombros y ahora fue ella quien lo arrastró hasta otra sala. Esta vez era sobre los antiguos Caballeros Teutones. Una sonrisa entre traviesa y divertida reemplazó a la anterior al recordar los días en los que junto a Gilbert, se la habían pasado molestando a Lituania junto con su hermana.

- Oi, ¿esto no te trae recuerdos~? kesesese~ - rió, mientras que le pasaba un brazo por los hombros de él y le miraba con algo de burla.

Sonrei al ver la sala a la que habiamos llegado. Habia sido mi mejor epoca y ciertamente me traia gratos recuerdos.
-Aquellas batallas... Feliks rezando mientras que yo luchaba. Como os engañamos y os vencimos-empece a reir. Si la verdad que aunque nos peleabamos, al final nos habiamos llevado bien.
-Aunque debo admitir que lo que mas recuerdo es que fue cuando conoci a mi hermana pequeña-sacudi la cabeza-No comprendo como Gilbert aposto a su propia hija, sabiendo que podia perder-Estaba borracho y se aposto que podia mantener el equilibro en una silla. Perdio y Tresa vino a vivir conmigo-Aunque me costo que confiara en mi y no intentara matarme-Me empece a reir. Habia pasado mucho con mi hermanita, aunque ahora nos habiamos alejado

Infló un poco los cachetes al escuchar eso de que les habían ganado. Sí, recordaba la pelea contra el polaco y el lituano, dónde el primero empezó con sus rezos y el segundo les atacó por la espalda. Aún así, a pesar de todo eso, cuando pasaron un tiempo juntos en la casa del ruso, el castaño le había caído bien. Más que la bielorrusa, claro está.

- Gilbert es un idiota - dijo, mientras que rodaba los ojos -. Sólo él se atreve a apostar mientras que está borracho - bromeó un poco, para luego rascarse la nuca en señal de "aburrimiento", mientras que veía discretamente una de las armaduras de los Caballeros Teutones que tenían en exhibición.

Recordaba cuando se creía un chico. Había pasado toda su vida junto a su hermano, sin tener contacto con alguna otra chica, por lo que siempre creyó que era hombre. Después, conoció a Budapest y a Hungría, quienes de manera irónica y algo chistosa, sufrían el mismo trastorno de sexualidad que ella. Rió un poco al recordar el día en el que Budapest se dio cuenta de que era un hombre y se puso a llorar por el hecho de no tener pechos. Cómo hubiera deseado tener una cámara en esos momentos...

- ¿Quieres ir a ver otra sala? - le preguntó a su acompañante, recuperando por completo su humor de siempre.

Estaba tan concentrado recordando como se atravesaban esas armaduras que me sobresalte cuando me pregunto. Me puse a pensar en las salas que habia visto. Recordaba haber visto las guerra de Yugoslavia, el Franquismo y una que en verdad si me habia llamado la atencion ya que esa sala casi no figuraba en los libros de historia.

-Vi una sala que...Bueno... Fue un momento importante en mis historia y... ya que ahora estamos en una sala referente a ti... Creo que no me explico correctamente-sonrei un poco mientras me sonrrojaba. Nunca se me daba bien hablar con las mujeres. Tal vez por eso nunca ligaba con Bielorusia. Le hice un gesto para que me siguiera y la guie hasta la sala que me habia llamado la atencion-La revolucion cantada-Cerre los ojos, dejandome llevar por los recuerdos.

Recordaba a Letonia temblando, preguntando si todo esto que haciamos estaba bien, como nos iba a castigar Ivan. A Estonia preparando todos sus conciertos de rock, ademas de que fue el unico que consiguio que nadie muriera. Y yo, bueno. Estuve recolectando todas las canciones que recordaba de tiempos antiguos, especialmente Laisve. Me enrogullecia que esa cancion fuera ahora mi himno nacional.-Lietuva, Tėvyne mūsų,tu didvyrių žeme,iš praeities Tavo sūnūs te stiprybę semia*.- No pude aguantar las ganas de volver a cantarlo, como si estuviera alli, en la antigua iglesia, cuando nos fue devuelta por los rusos. Ni siquiera recordaba que Maria estaba conmigo, solo pensaba en el momento mas feliz de mi vida.

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* Lituania, nuestra Patria,tierra de héroes.¡Que tus hijos desde el pasado extraigan fortaleza!

Lo siguió hasta ese lugar, para luego mirarle con una ligera sonrisa. Ella también se perdió en su mundo, recordando cuando por fin se había liberado de las manos rusas. No dudó ni dos veces para tomar un martillo y golpear con fuerza el muro que mantenía dividido a Alemania. El muro que la había separado de su hermana y del resto de sus hermanos.

Recordó la expresión del ruso cuando se dio cuenta de que no podría seguir manteniendo el lado Este Germano, y cuando su "preciado" muro cayó y la gente corrió para abrazar a sus seres queridos que habían quedado del otro lado. Tuvo unas increíbles ganas de echarse a reír, pero se aguantó y en vez de eso soltó un suspiro.

- Suena awesome esa canción - dijo con una sonrisa torcida y los brazos cruzados -. Siéntete orgulloso de ser el primero en cantársela a la Grandiosa yo - bromeó, pegándole un suave puñetazo en el hombro a manera de juego.

El puñetazo me saco de mis ensoñaciones. Me limpie un poco las lagrimas que habia en mis ojos. Todavia me emocionaba al recordar todo aquello.
-Creo que aparte del Vilna, seria el unico en poder cantartela-Sonrei un poco mientras miraba las fotografias que adornaban las sala. Recordava esos momentos como si fuera ayer, aunque, para un pais si que habia sucedido ayer. Me quede con la boca abierta al llegar a una de las fotos.
-Esto...¿No hay ninguna ley que nos prohiba aparecer en las fotos de las personas normales, verdad?-La foto recogia el momento en que los seis nos encontrabamos en la plaza roja de Moscú pidiendo independencia, agitando nuestra banderas tricolores, mientras que dos millones de personas formaban una cadena de 600 km desde Vilna hasta Taillin, pasando con Riga. Nosotros no habiamos podido asistir asi decidimos manifestranos, paises y capitales, en el mismo centro del huracan. Minutos despues estabamos en la carcel mas cercana detenidos por alteral el orden publico. Solte un risita al recordarnos alli, como Letonia y Riga , contra todo pronostico, se subieron a la mesa al grito de "Independencia para los Balticos"

Miró fijamente el cuadro, analizando la pregunta del castaño. Rió un poco, mirándole con una sonrisa divertida y colocando ambas manos en los lados de su cadera.

- Nein, no lo creo. Yo he salido en muchos cuadros junto con el viejo Fritz, y la gente cree que simplemente nos parecemos - volvió a mirar hacia el cuadro, esta vez con una sonrisa melancólica -. Nadie se cree el cuento de eres tú el que participó en aquel evento y que no ha envejecido nada.

Recordó el día en el que le dio una visita al museo y una niña pequeña le dijo a su mamá que ella era la muchacha que salía en uno de los cuadros de los viejos Reyes Prusianos. Su madre simplemente le dijo que era pura coincidencia y que ella no era la chica albina que aparecía en el retrato. Cuando deseó haber corregido a la señora...

La mire cuando dijo aquello de que ella se habia retratado varias veces con su adorado rey Federico I el Grande. Yo nunca sali retratado en ningun cuadro, siempre era Polonia quien cobraba el protagonismo. Ademas en el unico que salia junto con el Gran Duque fue destruido cuando Rusia me conquisto por primera vez.-Es muy complicado eso de no envejecer,¿verdad?-Estuve apunto de desaparecer varias veces, y a veces me preguntaba porque no lo habia hecho. Mire a Maria, aunque Prusia se habia disuelto ella seguia aqui, dando la lata como siempre, pero seguia. Despues de observar aquella fotografia y segir recordando anecdotas y anecdotas sobre esos acontecimientos, senti que era el momento de marcharnos de alli-¿QUe tal si dejamos la parte de historia y vamos a otro lado?-La verdad es que si ya habiamos vivido todo esto,¿que sentido tenia repetirlo?

Envejecer. Esa palabra le sonaba tan extraña. Aunque bueno, tal vez fuera porque se tratara de que ella era una mujer y el tema de la edad era un tabú para ellas(?). Aunque realmente se preguntaba porque no había desaparecido todavía. ¿Sería porque su gente aún vivía? ¿O porque Kaliningrado existía? Esas serían cosas que ella nunca podría explicarse del todo...

Miró al lituano de manera curiosa al escuchar su última pregunta, y una sonrisa algo divertida surcó por sus labios.

- ¿A dónde te apetecería ir, mi valiente amigo? - preguntó algo burlona, abrazándolo por los hombros como si fuesen viejos amigos a pesar de todas las disputas que habían tenido en el pasado.

Bien, a fin de cuentas ella ya no era una capital, lo cual significaba que ya no tendría que detenerse a pensar y a lamentarse por todo lo que había hecho.

Sonrio un poco pensando en donde podia llevarla. Como habia empezado a llover no se habia fijado mucho en los locales.-A-ahora mismo no tengo preferencias.¿Que tal si te invito a un cafe?-Le daba igual lo que hicieran solo queria salir de alli.

Miro de reojo a Maria y algo extraño le paso. La volvia a ver con la armadura y un antiguo odio se reavivo en su corazon, aunque fue momentaneo. Sabia que eso era practicamente imposible, seguro que estaba cansado o tal vez el estar en el museo le hiciera ver cosas extrañas. Empezo a andar algo mas rápido, debia darle el aire fresco para despejarle la mente un poco

Un café no le vendría mal... más si este era invitado, pensó, divertida.

- Claro, ¿por qué no? kesesese~ - rió, animada. Realmente se la estaba pasando bien con el lituano. No tenía estrés ni nada por el estilo.

Lo miró curiosa cuando prácticamente se fue corriendo hacia el local, pero pronto dejó de prestarle mucha atención. Debía de estar nervioso por su gran awesominidad, se dijo, orgullosa de sí misma. A paso normal, fue con el chico, hasta sentarse en una de las mesas exteriores que había frente a la tienda.

- ¿Qué pedirás? - preguntó, nada más por cortesía y curiosidad, sin embargo no despegó su vista del menú que tenía en frente. Tal vez pediría un moka...

Su rostro se relajo nada más salir de aquel museo. El sentir el holor a humedad y el viento agitandole el pelo le recordo que todo eso ya habia pasado. En cuanto se sentó cogio una goma de pelo que llevaba en la muñeca y se hizo una pequeña coleta-Yo creo que algo de té con vodka,¿tú Maria?-Había tomado ese gusto desde que trabajaba en las cocinas de Ivan.
Se quedo en silencio sin saber que decir. No es que tuviera muchos temas de conversación, además no es que fuera uno de los paises más alegres que existian. No por nada era el país con el mayor indice de suicidios.-E-Esto...-Definitivo, no sabía no que decir. Simplemente se quedo balbuceando mientras que esperaba que alguien les atendiera.

- Pediré un moka - dijo casi al instante, después de que el lituano le preguntara.

No despegó la vista del menú. Se había entretenido mucho leyendo los diferentes tipos de postres que había allí. Comenzaba a sentir agua en la boca al imaginarse el sabor que tendría cada uno de esos pastelillos, y casi babea. Fue entonces cuando notó el nerviosismo del otro, y con una ceja enarcada, bajó su menú.

- Oi, ¿sucede algo? - quiso saber. Tal vez le daba pena llamar al mesero, pensó, así que lo hizo ella y pidió la orden de los dos. Cuando el mesero se fue, ella volteó a verlo con una sonrisa divertida -. Sigues siendo igual de nervioso y tímido que cuando eras niño, kesese~ -bromeó, recordando al pequeño lituano escapando de ella y de su hermano... hasta que bueno, aprendió a defenderse y les regresó los golpes.

Se sonrrojo cuando le recordo lo cobarde que era de pequeño. Encima él mismo lo admitia, siempre dependia de su hermana para defenderse de los hermanos prussianos y si ella fallaba, se escondia detras de su abuelo.-B-Bueno...Es solo que...-bajo la mirada algo avergonzado-No se hablar con las mujeres. Normal que Bela-chan me ignore, si no soy capaz de hilar dos frases seguidas-Se desplomo sobre la mesa. Ya, lo habia admitido. Ahora lo que tendria que hacer era estar 50 años encerrado en su habitación, haber si asi se le pasaba la verguenza.

E incluso sabia porque no podia hablar con las mujeres, habia estado casado con Feliks durante 4 siglos, eso, querias o no, te da la imagen de ser una persona que le gustan los hombres. Además que culpa tenia el si sus jefes se casaron. Decidido, en cuanto llegara a casa se encerraria haber si cuando saliera el mundo estaba tan cambiado que no le reconocian

... Rió al escucharlo. ¿Eso era todo? Vamos, que no era un problema tan difícil. Se le acercó para darle un par de palmaditas en la espalda, divertida.

- Oh, vamos, ¡tú antes ni me veías como chica! - bromeó. Recordó cuando eran niños y el lituano también creía que ella era un niño. Aunque bueno, medio mundo lo creía ya que se la pasaba haciendo cosas de hombres y fácilmente se le podía confundir con Gilbert -. Además, ¿por qué debe de darte pena? ¡Déjate mostrar como eres! Aunque no sé que le ves a la lunática esa, pero bueno... - se rascó la mejilla -. Debemos de ponernos a trabajar con esa timidez, kesesese~

El mesero no tardó en traerle sus bebidas, y tan pronto le dio las gracias, tomó con cuidado su taza y le dio un sorbo, procurando no quemarse con el agua caliente.

Levanto un poco la cabeza para poder mirarla a la cara. ¿E-En verdad le iba a ayudar? Aunque no entendia como iba a cambiar siglos de comportarse asi. Solo tenia determinacion suficiente cuando empuñaba una espada y luchaba, pero ya habia pasado mucho tiempo de eso, ademas de que ahora le tomarian por loco.

Se incorporo muy a su pesar cuando le trageron el té y le dio un pequeño sorbo. No podia compararse a los que el preparaba, pero no se podia pedir todo.-G-Gracias, a-aunque no c-creo que l-logres m-mucho-Sus mejillas eran de un color rojo fuego. No estaba seguro de que esto saliera bien, ademas de que ya no podia ver a Maria como un hombre, asi que eso le ponia aun más nervioso.

- Oh, vamos, ¿acaso dudas de la awesome yo? kesesese~ - tomó otro sorbo de su moka, para después dejar con cuidado la taza sobre su plato -. Oh es que acaso... ¿te interesa más el polaquito~? - bromeó.

Al ver la mirada del otro, se echó a reír. Realmente era fácil verlo así de alterado, y debía de admitir que era mono. Aunque extraño por fijarse en la bielorrusa y en el polaco con tendencias gays... aunque bueno, ¿quién era ella para criticar?

- Siempre han sido muy unidos, aún después de que terminaran su "relación" - apoyó su mentón en la palma de su mano -. No me sorprendería si te gustara, la verdad, además no es nada malo, kesesese~.

-¡¡P-Pero a m-mi me g-gustan las m-mujeres!!-Lo de Polonia fue extrictamente profesional, además que el lo ve mas bien como un hermano pequeño (o hermana, segun como se vea). Él solo queria a una mujer a su lado, para no sentirse solo, que le hiciera compañia y con la que se pudiera hacer el amor, ya que, todavia no lo habia echo con una mujer, cosa que le daba mucha verguenza.

Dio otro trago al té, vaciando media taza. Seguramente tendria que pedir otro, o una botella de vodka. Tal vez borracho conseguiria confesarse a Bela-chan o a alguna mujer y se la conseguia llevar a la cama-¿T-Tu crees que s-soy a-atractivo?-Era algo que queria comprobar antes de lanzarse a la conquista de alguna mujer

Casi estalla en carcajadas ante lo que dijo el otro. Tratando de calmarse, bebió como pudo otro sorbo a su moka, tratando de no escupirlo de paso por culpa de la risa. Ante su pregunta, enarcó una ceja, dejando por completo la risa de hace rato y se dedicó a inspeccionarlo mejor con la mirada.

- Eres... mono - se limitó a decir -. No sé en realidad lo que es estar "atractivo", pero para mí eres mono - dijo. Cuando la gente hablaba de lo guapos que estaban los demás, no les entendía. Realmente a ella nunca le llamó la atención aquello del físico, o de lo contrario no se habría enamorado del...

Negó con la cabeza, queriendo olvidar aquello. El señorito le había dejado una dolora huella en el corazón, y no quería volver a caer tan bajo como para pensar en él y deprimirse.

Se sonrojo aun más. ¿Le había llamado mono? Ninguna chica (ni Feliks) se lo habían dicho nunca. Eso le daba nuevos animos para poder ligar con alguien. Se termino el thé y pidio dos botellas del vodka más fuerte que tuvieran. Las trageron rápido, tal vez por qué se veia desasperado por conseguir un trago.-Gracias por esta tarde Maria-Dio un trago a la botella medio vaciandola.

No se acordaba de que el vodka se le subia muy rápido a la cabeza, asi que cuando se quiso levantar casi se cae al suelo. Como pudo saco la cartera y saco dos billetes de 50 euros.-Creo....que con esto...sera bastante-Los dejo en la mesa y se alejo un poco dando tumbos. Le calleron las primeras gotas de lluvia asi que se puso la capucha y dio otro trago. Por lo menos borracho no se daria cuenta de lo que hacia y podria tener más confianza.