¡No olvides llevar tus tomates cuando vayas a la playa! (?) (Privado)

Definitivamente, había sido una excelente idea el haberme tomado esas vacaciones... allí, en la playa, lejos de mi tonto hermano y los problemas con las recientes disputas entre las familias mafiosas, relajándome en la arena a la sombra de una palmera, cómodamente acostado sobre una de esas largas sillas de playa, con agua de coco a un lado y el sonido del mar de fondo.

A través de mis lentes oscuros, pude observar el espléndido paisaje que se hallaba frente a mí. El agua cristalina del mar, las olas rompiendo en la orilla, y las hermosas chicas en bikini que jugaban a saltar y tirarse agua... Ohh, esto era el paraíso.

Un par de hermosas rubias que se encontraban un poco más cerca me llamaron la atención. Corrían y reían alegres, sin percatarse de que esos diminutos bikinis que apenas cubrían lo necesario estaban dejando mostrar más de lo que deberían. Inconscientemente una sonrisa pervertida se me formó en el rostro... tal vez, valdría la pena intentar ligarlas...

Caminaba hacía una amaca mientras hacía recuento mentalmente de todas las cosas que llevaba.
-Gafas de sol puestas, bikini puesto, crema solar no necesito pero hay en la mochila, tomates en la mochila....- y así con muchas más cosas.
Cuando llegó no tardó en quitarse el pequeño vestido que traía y quedarse en bikini-uno de tirantes sumamente finos y preparado para sujetarse sin ellos y que así no se le quedase la marca del corte- para después alzar un poco la amaca para que pudiese sentarse en condiciones.
Sacó su revista mensual de tomates, en la cual también salían algunas imágenes de chicos y chicas en bañador para dar promoción.
Estuvo muy concentrada en su revista hasta que escuchó un par de risitas tontas las cuales le llamó la atención pues eran las típicas risitas que se soltaban cuando intentaban ligar con uno mismo y la otra persona no esta NADA mal, y por ello, alzó la mirada viendo no muy lejos de allí a un par de chicas rubias y a cierto castaño que conocía perfectamente y que en ese momento le daba la espalda.
Estuvo apunto de saltar y abrazarle por la espalda pero sabía que eso le molestaría, asi que se limitó a mirarles y a sonreírles y saludarles con la mano cuando alguna de las chicas miraba hacia ella.
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qué tal me quedó? XD

Fue fácil con estas chicas, mi plan estaba saliendo de maravilla hasta el momento, y si no me equivocaba, ya para esta noche tendría por lo menos a una de ellas en mi cuarto. O eso era lo que pensaba, hasta que vi como una de ellas saludaba con la mano a alguien. Me volteé curioso para ver si se trataba de otra chica, y en efecto, era también otra hermosa chica en bikini... una chica que a causa de la distancia y los lentes oscuros, tardé en reconocer.

-¡¿I-Isabel?!- Exclamé por lo bajo... ¡¿Qué demonios hacía ella aquí?!

¡Maldición! Justo cuando pienso que puedo relajarme y disfrutar, tiene que aparecerse un español, típico...

Y solo para empeorar las cosas, mis bellas acompañantes parecieron malinterpretar mi reacción, ya que de inmediato supusieron erróneamente que era mi pareja y se apresuraron a disculparse para irse. Todo sucedió tan rápido que ni tiempo me dio para aclarar las cosas y volver a atraparlas en mi red... lo único que pude hacer fue mirar con la boca abierta a las hermosas chicas que se alejaban cada vez más...

¡Estas vacaciones serían un asco!

Miró extrañada como las chicas se le disculpaban y se iban. ¿Acaso había hecho algo malo? Sólo miraba como aquel italiano que también conocia ligaba con ellas y con segundas intenciones seguramente.
Se encogió de hombros y dejó su revista en la amaca para después acercarse al italiano.
-Lovi, se te escaparon tus conquistas-dijo con un tono algo burlón y con una sonrisa cuando llegó a su lado- ¿Qué le pasó al casanova que huyeron sus presas?
En verdad le molestaba mucho que el italiano fuese tan casanova. No lo veía bien pero, seguramente lo que más la disgustaba era que ella no estaba en esa lista de presas, aunque fuese algo temporal, le gustaría mucho divertirse con él. Aunque luego no fuese nada más y ella quisiese estar más tiempo con él.
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Me quedó muy radon(?) ._.

Apreté con fuerza mis dientes, bastante molesto ante su comentario. ¡¿Cómo que qué había pasado?! ¡Ella pasó! Las espantó...

Me giré rápidamente para comenzar a reclamarle, cuando de un momento a otro me detuve en seco. Ahora que la tenía cerca, pude verla mejor, con más detalle. Por mero instinto, mi mirada la recorrió de pies a cabeza, sin poder creer que la chica que tenía frente a mí se trataba de Madrid. Nunca antes había tenido la posibilidad de verla usando un traje de baño, o alguna otra prenda que le expusiera de aquella manera su piel, por lo que era verdaderamente la primera vez que podía apreciar con exactitud su cuerpo... Y no estaba nada mal...

Sacudí mi cabeza ante ese pensamiento. ¡Por dios! ¡Ella era como mi madre! Y por el bien de mi salud mental, debía de mantener esos pervertidos pensamientos alejados de mi cabeza. Ladeé mi rostro ligeramente para así poder enfocar mi vista hacia otro lado.

-Simplemente decidí que aún eran demasiado jóvenes para mí...- Mentí, para así evitar contestarle lo que tenía en mente en un principio. -¿Qué haces aquí?- Inquirí más que por curiosidad, como protesta.

¿Qué eran demasiado jóvenes para él? Tenían aspecto de ser más o menos de la misma edad que las demás pero decidió no comentar nada.

En cierto modo le agradó el comentario de que eran demasiado jóvenes y no pudo evitar sonreír más abiertamente.

-Pues en mi zona ya mismo empezará la primavera por lo que he venido a broncearme un poco-instintivamente le guiño un ojo y después le siguió mirando sonriente-Soy la capital y por ello debo de cuidar mi aspecto más que el resto de ciudades que forman el país. ¿Y tú qué haces aquí, Lovi?

No paraba de sonreír y seguramente porque no había notado la pequeña protesta del italiano. Igual que no notó el como la miró de pies a cabeza fijándose en su cuerpo.

-Tsk...- Protesté ligeramente al hacerme la idea de que no se iría tan fácilmente. -Yo solo me estoy tomando unas vacaciones... Es agotador lidiar todo el tiempo con los conflictos internos de esas familias mafiosas...

Y lo intenté, de verdad que intenté no volver a verla... pero mis ojos me traicionaron, y volvieron a enfocar su cuerpo. Sentí la increíble necesidad de ligarla para así tenerla por lo menos una noche conmigo... pero me resistí con todas mis fuerzas y me golpeé mentalmente ante ese pensamiento. A ella no podía hacerle eso...

-Bien... nos vemos al rato- Me despedí, para dar media vuelta y comenzar a caminar hacia donde estaban mis cosas.

Debía alejarme urgentemente de ella, antes de hacer algo estúpido.

¿Tan rápido se iba? Si apenas habían hablado un poco. Eso la disgustó un poco pero no dejaría que fuese después de tanto tiempo sin verle.

Sonrió y antes de que se alejase más se le acercó y se colgó a su cuello dandole un pequeño abrazo por la espalda y con su cabeza un poco más delante de sus hombros mirándole a la cara con su típica sonrisa.

-No seas aguafiestas. Llevamos un monton de tiempo sin vernos, ¿no? Porque hablemos un rato no va a pasar nada~ -habló como si fuese una niña pequeña- Además, estamos en la playa así que, ¡hay que disfrutar!

Me tomó completamente desprevenido la siguiente acción de Isabel. De todas las posibilidades, ¡Jamás hubiera esperado que tuviera tan poco sentido común como para hacer eso con traje de baño! ¿Acaso lo hacía apropósito? ¿Me estaba tentando?... Pues si eso intentaba, detesto admitir que lo estaba logrando.

El hecho de sentir sus pechos frotarse contra mi espalda no le estaba causando ningún buen efecto a mi mente, y antes de que se me nublara por completo el cerebro, decidí poner distancia.

-¡O-oye! No te me pegues- Reclamé de inmediato, quitándomela de encima de la forma menos brusca que me fue posible, para luego volver a ladear mi rostro y así no tener que verla. -¿Y bien? ¿Cuál es tu idea de "disfrutar"?- Agregué rápidamente, como para "compensar" de cierta manera mi acción anterior.

No pudo evitar soltar un puchero y un "eres malo" en el que la apartó pero tampoco pudo evitar sonreír cuando comprobó que detuvo su marcha.

-¿Cómo que cuál es mi idea de disfrutar? ¡Estamos en la playa!-separó sus brazos de su cuerpo señalando todo su alrededor- Hay montones de cosas que podemos hacer como nadar, jugar con la pelota, voleibol, tenis, ponernos morenos, divertirnos con gente que en lo urbano no conoceremos.... ¡Y muchas cosas más! ¿O no?-le dijo sin dejar de sonreír ningún momento y con doble significado alguna que otra palabra.

Dejé escapar un pesado suspiro para llevarme una mano a la cabeza. Este iba a ser un laaaaargo día...

-De acuerdo... ¡Pero solo por un momento!- Le advertí de una. -¿Qué quieres hacer?- La invité a elegir sin mucho interés...

Lo que no se me ocurrió, fue que me tomara de la mano de un momento a otro para luego arrastrarme -literalmente- hacia un lugar desconocido, de aquella manera. ¡No podía librarme de su agarre! Y lo que era peor... ¿No nos estábamos alejando mucho de la pequeña multitud de la playa?... Tragué grueso, no tenía un buen presentimiento de quedarme a solas con ella.

-¿En serio? ¿Lo que yo quiera?-preguntó sorprendida.

No se esperaba era que le diese a elegir así que sonrió y le tomó la mano arrastrándolo hacia otra zona de la playa con menos gente.

-¿Qué tal si nadamos un rato?-ofreció en el mismo momento que se alejaron de la multitud de gente quedando prácticamente sólo ellos dos.

El agua de allí tenía pinta de ser un poquito más fría pero, se sentía mucho más cómoda allí que rodeada de toda esa multitud por lo que no le dió importancia.

Soltó la mano del italiano para no tenerlo que arrastrar y se acercó al agua sin llegar a tocarla.
-¿Vienes?-preguntó calmada y mirándole prácticamente a los ojos.

Volví a suspirar ante su comentario y me quité las gafas oscuras para dejarlas sin mucho cuidado en la arena. Precisamente allí, el agua estaba más fría, por lo que decidí entrar lo más rápido posible y sumergirme de una vez, así me acostumbraría más rápido.

Saqué mi cabeza del agua al poco rato para tomar aire y mirar a Isabel, quien aún luchaba contra las pequeñas e inofensivas olas que rompían en la orilla y con el frío del agua. Era todo un espectáculo, debía admitirlo. Entraba de a poco y con cierto miedo, intentando acostumbrarse a la temperatura del mar que cada vez ascendía más por su cuerpo. Se veía de cierta forma, como una niña pequeña, gracias a los gestos que articulaba... hasta cierto punto, se me hacía adorable verla así.

Nuevamente sacudí mi cabeza con fuerza. ¡Maldición! Este maldito sol me está afectando, ¿Cómo puede ser que piense eso de Isabel?... Me sumergí de nuevo para ver si eso lograba despertarme un poco para así volver a pensar racionalmente, y tan pronto mi cabeza se asomó por la superficie nuevamente, busqué con la mirada a la española... Momento... ¿Ahh?... ¿A dónde rayos se metió?

Vió como el italiano tiraba sus gafas en la arena y se metía en el agua de golpe salpicándola un poco lo que hizo que tiritara un poco.

Decidió meterse ya en el agua y seguirle, pero parecía que era masoquista porque, se metía de a poco en el agua haciendo que su cuerpo se acostumbrase un poco más lento y soltando pequeños grititos cuando llegaba alguna ola un poco más grande y la mojaba.

Cuando pasó la primera línea de olas que se cruzaba en su camino, no tardó en meterse entera de golpe y bucear un poco hasta donde estaba el italiano saliendo de golpe al lado suya y abrazándose así misma mientras veía como Lovi pegaba un pequeño saltito al verla salir de golpe.

-Q-Qué fr-fría...- dijo entre tiriteos y lo miraba- ¿T-tú no ti-tienes frí-frío?-logró preguntar.

Ya una vez recuperado del susto inicial, me dediqué a contemplarla por un momento. Un leve calor se instaló en mis mejillas ante la idea, pero finalmente me decidí a hacerlo. Pasé uno de mis brazos por sus hombros para atraerla más a mí y así juntar nuestros cuerpos en un abrazo discreto... ¡Por supuesto que era sólo para darle calor!

Por más que mi vista se encontraba clavada en algún punto desconocido del cielo, sentí su mirada.

-Ponte en movimiento entonces, así se te quitará el frío- Le aconsejé con cierta indiferencia para disimular un poco, mientras la soltaba y me alejaba lentamente, dejando fluir más agua entre nosotros.

Notó como la contemplaba un momento y también como un leve sonrojo se instaló en las mejillas del chico antes de darle un discreto abrazo haciendo que ella también se sonrojase y lo mirase fijamente si creerselo.

Después de un rato la soltó y se alejó un poco dejándole más espacio y haciendo que su sonrojo desapareciese.

-De acuerdo.... Pero, ¿y si empezamos a nadar juntos? A sí se me quitaría un poco el frío y ninguno se quedaría sólo...-le pidió mirándole y con una voz sorprendentemente tranquila y algo inocente(?)-

-Está bien, está bien...- Accedí como un crío que no quiere hacer su tarea pero aún así debe hacerla. Comencé a nadar en línea recta, a veces desviándome un poco gracias al movimiento del agua, pero nunca alejándome tanto de la costa.

Miré hacia atrás un momento, para verificar que Isabel me estuviese siguiendo, y logré distinguirla por allá a lo lejos, nadando con dificultad y a paso de tortuga como una principiante. Suspiré mientras me detenía para esperarla.

Lo que definitivamente no esperé ver, fue que de un momento a otro se hundiera.

-¡Isa!- Exclamé de inmediato, sumergiéndome para alcanzarla. Logré tomarla de un brazo para luego jalarla hacia la superficie. -¡Oye, tonta, no te pongas a nadar por lugares donde no haces pie si eres una principiante!- La regañé como si se tratase de una niña pequeña.

Nadaba como podía intentando alcanzar al italiano pero tenía tanto frío que apenas podía nadar como principiante y eso, que era toda una experta.

En un momento de despiste una ola más grande que el resto la movió hasta un punto donde no hacía pie eso, más el frío que tenía, hizo que empezase a hundirse. Antes de que le diese tiempo de intentar salir, el brazo del castaño, la sacó. Nada más salir a la superficie empezó a toser para expulsar el agua.

-No soy una principiante....-empezó a decir para defenderse tras haber tosido un buen rato- Es sólo que es imposible nadar aquí con lo fría que esta.

Fruncí el ceño ante su comentario.

-¿Y entonces para qué rayos me trajiste aquí?- Protesté de inmediato, desviando la mirada. Suspiré algo frustrado, para luego tomarla de la muñeca y acercarla un poco más a la costa. -Mejor vámonos a un lugar donde hagas pie sin problemas- No la solté hasta asegurarme de que el agua le llegaba de los hombros hacia abajo, lo suficiente para que no se ahogase si volvía a ocurrir algo similar.

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No le pidas más a mi cerebro è_e (?)

-Yo no sabía que estaba tan fría... Si lo llego a saber no te traigo hasta aquí, además, allí había demasiada gente-se defendió ante su protesta.

Se sorprendió mucho cuando le agarró de la muñeca para acercarla a la costa. Ya era la 2ª vez en el día que el iba a tocarla, es decir, primero la abraza un poco para que se le pase el frío y ahora le agarra de la muñeca para acercarla a la costa y que así no se hundiese. ¿Cuántas décadas había pasado desde la última vez que el la tocó? Si, era verdad, se habían tocado otras veces, pero siempre era porque ella lo abrazaba o algo y él la apartaba, nada más. Nunca hizo otro gesto, y por ello todo esto la sorprendió mucho.

Sonrió nada más soltarla y no tardó ni segundos en abrazarle totalmente.

-Gracias Lovi-dijo con una gran sonrisa sin soltarlo. Quería agradecerle el comportamiento que estaba teniendo hoy.

Me encontraba con la guardia baja, por lo que no vi venir ese abrazo... ¡¿Cuál era su manía con abrazarme?! ¿Qué acaso no notaba el gran daño que eso le causaba a mi mente?

-Oye oye... está bien, pero no te me pegues...- Le repetí con cierta molestia, zafándome de su agarre. Me volteé rápidamente cuando caí en cuenta del calor que había aparecido en mis mejillas, y maldije por lo bajo, sin poder hallar aún una respuesta concreta a estos extraños "síntomas" que presentaba ante aquellas acciones.

¿Me estaré volviendo alérgico a ella? Claro, pregunta más estúpida no pude haberme formulado... pero creo que sería válido para utilizar como excusa en caso de ser necesario.

No sé cuánto tiempo habrá pasado hasta que mi lento proceso mental logró digerir sus palabras, lo que hizo que me volteara nuevamente para mirarla, ahora confundido.

-¿Y por qué me agradeces?- Enarqué una ceja, para luego cruzarme de brazos y fruncir el ceño -¿Y qué tiene que ver el hecho de que haya demasiada gente? ¡Es una playa! El punto es que haya gente... Así de paso uno puede ver a las chicas en traje de baño...- Susurré aquello último, hablándome a mí mismo y sonriendo tontamente ante la imagen.

Hizo otro puchero nada más se libró de su abrazo pero, le confundió que el castaño se voltease. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se volteó? Ella no había podido ver el pequeño sonrojo en la mejillas del chico. Pero, lo que también la extrañó fue, la cantidad de rato que tardó en procesar sus palabras.

-Te agradezco porque quiero~-le dijo con una sonrisa para después fruncir el ceño y cruzarse de brazos por su siguiente comentario- Y perdona, pero tú mismo has respondido a tú pregunta. "Ver las chicas en traje de baño". Bien, pues por si no te has dado cuenta soy una chica-se autoseñaló ¿molesta? ¿celosa? Posiblemente ambas cosas- Y no es muy cómodo que gente que no conozcas te ande mirando el cuerpo de arriba abajo pensando quién sabe qué. Aunque claro, tú me vez como tú madre así que te parece imposible que a mi me mire alguien. ¿O me equivoco?

La había molestado mucho el comentario sobre las chicas, pero seguramente la había molestado porque estaba totalmente celosa y sabía que él jamás la miraría de aquella manera. Jamás la miraría como una chica, sólo vería en ella a la mujer que lo crió prácticamente. A su madre cosa que no era

Su explosiva reacción me había dejado con la boca abierta. Estaba bastante molesta, cosa rara en ella... además, ¿A qué venía todo eso? ¡Claro que era una chica! Mi punto débil... Pero lo siguiente me hizo enfadar, y bastante. Fruncí más mi ceño.

-¡Claro que no! ¡¿Qué no has notado la forma en la que yo te miro?! ¡Maldición!- Ya no sabía ni lo que decía. Apreté con fuerza mis puños antes de continuar -¡Y no permitiré que ningún desgraciado se atreva a mirarte siquiera!- Si llegaba a enterarme que algún sujeto la tenía en la mira, estaba dispuesto a enviar a toda mi mafia tras su cabeza.

A Isabel nadie la tocaba, porque de cierta forma, ella era mía...

Y por más extraño que sonara ese último pensamiento... no me desagradaba la idea.

Se quedó muda ante la reacción y las palabras del chico. Jamás llegó a pensar o imaginar que él le diría algo así. ¿Acaso él la... quería? ¿Acaso sus sentimientos hacia él eran correspondidos? ¿Acaso él la podría querer con la misma intensidad que ella a él? No lo sabía. No lo sabía con exactitud pero las palabras del chico hicieron que su corazón latiera furioso y que ella se quedase casi sin habla.

-L-Lovi... ¿T-Todo lo que has dicho e-es ver-verdad?-logró preguntar con dificultad.

Ni en sus mejores sueños había soñado con esto, simplemente lo veía imposible.

Un par de lágrimas recorrieron sus mejillas. No sollozaba ni nada, sólo eran un par de lágrimas silenciosas y llenas de la emoción que sentía al pensar que podría ser correspondida.

Por un momento me congelé... ¿Acaso dije lo que creo que dije?... Intenté hacer memoria, y lamentablemente, recordé con exactitud mis propias palabras. ¡Rayos!

Intenté decir algo para corregir el error, pero ninguna palabra coherente salía de mi boca. ¡¿Qué demonios había hecho?!

Regresé mi vista hacia Isabel, intentando pensar en algo, pero tan pronto lo hice, noté sus lágrimas... ¡Maldita sea! ¡¿Ahora qué hice?! ¡¿Por qué demonios está llorando?!

-A-ah... a... I-Isa...- Murmuré aún algo perplejo y con cierto desespero, sin saber qué hacer. Suspiré y cerré mis ojos, tratando de acomodar mis ideas para así acercarme a ella. -De acuerdo, mira, no sé lo que haya hecho, pero lo siento, ¿Bien?- Logré por fin articular algo decente, mirándola a los ojos y llevando mis manos a su rostro para limpiarle las lágrimas... Odiaba verla llorar, por sobre todas las cosas.