Una velada muy dulce [Privado: Ludwig]

Salieron a la calle, corría algo de aire pero él extrañamente no tenía frío. Estaban poco iluminadas y solitarias, pero podía ver en la oscuridad con toda facilidad. Sintió como ella le abrazaba, al escuchar lo de 'enfermedad' se preocupo. Sabía bien que ella era bastante susceptible a las enfermedades y al estrés.

Le aparto de él con suavidad para despojarse de la chamarra y colocarla sobre los hombros ajenos, a fin de que no tuviera tanto frío.

-Vamos a la casa.-repuso, quizás así ella se sentiría mejor,descansando.

Sonrío y colocó bien la chaqueta sobre sus hombros, agarró la mano de Ludwig y entrelazó sus dedos. Adoraba aquellos gestos tan característicos de su liebe, Emma no sabía porque se encontraba tan mal, así, de repente, pero no quería alarmarlo con ello, por lo que usó la excusa del país. Al día siguiente iría al médico para saber que tenía, asintió a lo dicho por él.

- Ja, liebe, vámonos a casa - le sonrío, desde hace unas semanas, vivía con él el Berlín, le ayudaba con el trabajo, para que así el alemán tuviera mas tiempo libre

-Ja.-repuso mientras dejaba que ella se apoyase bien en su brazo para ambos caminar por la calle rumbo a su hogar. Ahora que lo pensaba,desde que ella se había ido a vivir con él a su casa, todo era bastante mas tranquilo.

Caminaron por las calles empedradas. Hacía frío y en el cielo se veían algunas estrellas y la luna, enorme, radiante y hermosa.

-...¿Te sientes un poco mejor?-preguntó,inseguro.

- Me siento mejor, el paseo me ha sentado bien - respondió tranquila y sonriente, el mareo se le había pasado gracias al aire frío, ahora solo tenía un pequeño dolor de cabeza, que seguramente, se iría, al tumbarse un rato y descansar.

Los pies la mataban, los notaba hinchados y le dolían, pero ella era fuerte y no se quejaba por minucias. Entrelazó sus dedos con los del alemán y siguió caminando.

Asintió a lo dicho por la joven,pero aun así,permaneció preocupado. Camino con ella tomada de la mano,entrelazando los dedos en los ajenos. Miró el camino, la noche estaba bastante tranquila.

-Vas a llegar a dormir.-comento aunque fue inevitable no sonar un tanto autoritario al decirle eso...Pero se preocupaba por su salud,asi de simple.

Lo escuchó y no pudo soltar una risita, sabía bien que a su pareja le costaba expresarse y a pesar de todo, aún no se le quitaba esa manía, apretó su mano. Sabía bien que sólo se preocupaba a por ella, aunque le causaba gracia aquel tono, tan autoritario. Acariciaba su mano tranquilamente, sin darse cuenta dio un traspiés y por poco se cae, sino fuera que se agarró a Ludwig.

- Ahí, que torpe estoy hoy - rió un poco y lo abrazó, mas bien sus pies estaban hinchados y le solía al caminar.

Ahora si, se preocupo. Una cosa era que la belga tuviera frío y otra muy distinta... Sabía bien que pasaba algo, podía intuirlo. No sabía como, pero...Pues eso. Lo sabía, así de simple.

Le tomo con cuidado de la cintura, suavemente, y la cargo. Era liviana, no pesaba casi nada...Eso le preocupo un poco más, según tenía entendido, no era símbolo de buena salud.

-...Perdón si te molesta,pero...Es necesario.-o al menos,así lo sentía él. Se sentía mucho más tranquilo llevándola entre sus brazos. Camino pues, rumbo a la casa.

Dejó que la sujetara de la cintura, no tenía ningún problema con ello, pues así evitaba posibles caídas o tropiezos innecesarios. Se sorprendió al notar que su cuerpo era levantado, cerró por instinto los ojos y los abrió al ver que estaba quieta. Miró al Ludwig un poco extrañada por aquello, pero sonrió, acarició su mejilla y se acomodo en su pecho. Se sentía como una princesa...mejor como una niña pequeña, rió para sí misma. Apoyo la cabeza contra el pecho del alemán y asintió.

- No me molesta, estoy muy cómoda aquí, entre tus brazos - hizo su característica sonrisa, allí se sentía protegida.

Era bastante más tranquilizador escuchar eso de la boca de su pareja, y asintió, apresurando el paso para que llegara lo antes posible a la cama, a dormir, descansar y reponerse...Y posiblemente, tomar algo de medicamento.

La noche cada vez era más fría, eso le preocupo. ¿Y si su pareja terminaba de enfermarse a causa de eso? Mejor dejaba de pensar eso y se apuraba.

Llegaron, por fin, a la casa. Sin bajar a la rubia de sus brazos, saco las llaves para abrir la puerta principal.

Iba dormitando entre sus brazos, el cuerpo de Ludwgi irradiaba calor, ademas de que estaba protegida por el abrigo de él. Sonreía y noto como él buscaba las llaves y la metía dentro de casa, abrió los ojos al notar el calor de su hogar.
Se movió un poco entre sus brazos pues se había despertado.

- Liebe, puedes bajarme, ya estamos en casa - dijo ella con voz adormilada

-Nein.-Se apresuró a decir.-Nos vamos a la cama.-añadió, la otra debía descansar, o esa idea tenía...Primero que nada,le buscaría una pastilla o algo por el estilo.

Cerró la puerta y se apresuró,aún con la joven entre sus brazos, a ir a la habitación que ambos compartían. La deposito sobre la cama con cuidado.

-No tardo.-dijo,acomedido, dándose la vuelta para salir del cuarto rumbo a la cocina,donde tenía las medicinas.

Sintió como Ludwig la dejaba suavemente en la cama y se retiraba, Emma se levanto, quitó los zapatos y todo el disfraz, después fue a buscar un pijama. Se puso el pantalón y terminó de quitarse el sostén, para ponerse la camisa, después colocó una bata. Se sentó en el borde de la cama y masajeo sus pies, que estaban adoloridos e hinchados.

Emma seguía teniendo las orejas de gato.