A spendere~! Fusososo~ [Privado]

No pudo evitar sonreír emocionada cuando llegó a la puerta del centro comercial. Al parecer su acompañante no había llegado aún pero daba igual, mientras llegase le daba igual el tener que esperar. Simplemente estaba contenta porque jamás pensó que aceptase su propuesta.

Y es que... jamás pensó que la italiana aceptaría su propuesta de estar todo un día con ella de compras, aunque a decir verdad se había rehusado al principio de ir pero en cuando dijo "gastar dinero de..." la otra aceptó. Si lo hubiese sabido hubiese dicho esas palabras mágicas mucho antes y para más cosas. ¡Nadie le podría quitar esa sonrisa en mucho tiempo!

Se apoyó en la pared que había al lado de la puerta no pudiendo evitar entonar para sí misma una de sus canciones favoritas en honor al gran dios del tomate mientras esperaba a la castaña.

Salió de casa sin prisa alguna, después de todo sólo iba al centro comercial con la española.

¿Cómo es que aceptó?

Bueno, eso es fácil contestar, usarían el dinero de sus hermanos ¿Qué mejor? . Soltó una pequeña risita disimilada, imaginándose el rostro colérico de su hermano al ver la larga cuenta que le llegaría a fin de mes.

Y es que, una chica como ella, obviamente debe vestir a la moda.
Luego de un período de tiempo, llegó al centro comercial, con una pequeña carterita café, en donde tenía las tarjetas de su hermano. Logró localizar sin mucho esfuerzo a la española y caminó hacia ella sin apuros.

- Ciao.. -Saluda, mientras mira de reojo la vestimenta de la contraria, realmente debía hacer un cambio.

No tardó ni unos segundos en abrazar a la menor en el momento que la vio, a modo de saludo claro, y restregando sus mejillas con las de ella.-Cat~! Hola~!-saludó sin soltarla en ningún momento. Aún no se creía que la menos hubiese aceptado pero eso era lo de menos.

Tras un rato de estar abrazándola y de unas cuantas protestas por parte de la otra se separó mirándola sonriente. -¿Y ahora~?-preguntó porque a decir verdad no acostumbraba a esto de ir a comprar a los centros comerciales, lo único que sabía era que Toño lamentaría el haber descuidado su tarjeta de crédito y más cuando viese la factura(?).

Nunca dejes suelta a una española con una italiana, y menos si tienen ganas de gastar, decía un dicho el cuál ella no conocía.

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Ni preguntes por el dicho XD

No demoró en protestar en contra el efusivo saludo de la española, si bien ya estaba algo acostumbrada a sus ataques de cariño y nunca iba a aceptar que le gustaban de igual forma no podía evitar quejarse por ser tan pegote.

- Ahora vamos a ir de compras -Responde con obviedad, comenzando a caminar con elegancia hacia el centro comercial, seguida de la española.

- Bene... ¿Qué podríamos comprar primero? -Se lleva una mano al mentón pensativa, mirando a la española.

¿Ropa interior?. Se queda mirando fijamente a la española, para luego hacerle un ademán de que le siguiera, irían a la mejor tienda de lencería que conocía.

-Sé que mio fratello lo agradecerá~ -Murmura bajito, sonriendo levemente.

Asintió animada ante su respuesta para después seguirla. La siguió en silencio mirando los alrededores totalmente curiosa, a decir verdad era la primera vez que iba a ese sitio en concreto.-Mmmm... no lo sé...-dijo contestando a la pregunta de la italiana aunque en el fondo sintió que en realidad sólo pensó en voz alta.

Ladeó la cabeza confundida cuando le indicó que la siguiese, e incluso escuchó el murmuro de la otra. ¿Qué agradecería su hermano?, ¿y cuál de ellos?, hasta dónde sabía Cat tenía muchos hermanos y entre ellos Ita-chan y LoviLove... Y como no se quería quedar con la duda, preguntó(?)-¿Agradecer qué, Cat?- su voz de notaba total confusión, aparte de que no sabía a qué tienda la guiaban.

Se encojió de hombros, restándole importancia al asunto.

-Nada, tú sólo sígueme ¿Capicci?

Continuó caminando, hasta lograr dar con el paradero de la tienda.

-Por aquí comenzaremos spagnola-Señala con su pulgar la tienda haciendo un leve movimiento de cabeza, incitándole a que entre.

Luego de eso, entró con confianza en la tienda, saludando apagadamente a la vendedora, quien estaba completamente feliz de que volviese a comprar allí. La vendedora se acercó enseguida a la italiana, preguntándole lo que deseaba.

-Necesito ropa para ella -Señala a la española -Lo mejor que tenga, ya sabes mi gusto -Sentencia, comenzando a mirar otras prendas.
La vendedora asiente efusivamente y corre a llevarle diferentes tipos de sostenes y panties a la española.

Suspiró y siguió a la italiana aún sin entender nada. Aunque menos entendió cuando vio la tienda de ropa interior.... ¿¡Por qué iban allí?! Pero no tardó en calmarse cuando pensó que seguramente la italiana necesitase ropa interior... sí, sería eso.

Saludó a la dependienta y... se quedó estática cuando escuchó a la italiana para después mirarla inquiriendo respuesta. -¿¡Qué?! ¡¡CAT!!-no pudo evitar el gritar su nombre pero ya era demasiado tarde. La dependienta ya le había dado montones de ropa interior y la arrastraba hacia los probadores.

Un potente sonrojo se instaló en su rostro cuando vio una de las prendas, haciendo que quedase estática en el probador. ¡Ni muerta se ponía eso!

Le mira de reojo, cruzandose de brazos, esperando a que la vendedora se la llevara.

- No armes un escándalo, Isabel- Exije antes de que desapareciera la chica de su vista. Miró un par de prendas para ella, lencería fina.

Se acercó a la caja para pagar lo que le acabó gustando con la tarjeta de su fratello. Oh sí, era genial comprar y aún más si no es con tu dinero.

Ella hoy, si se excedería.

Miró hacia el probador en que se encontraba isabel, caminando lentamente hasta él.

-Oye, bastarda ...-Espera a que le responda con algo- ¿Ya te probaste todo?

Y el tiempo en el probador pasó muy~ pero que muy~ lentamente para ella aunque obviamente no se probó nada, tan sólo fue mirando una a una las prendas poniéndose más roja con cada una de ellas. ¿Cómo podían ponerse algo como eso? Eran... demasiado pequeños... y los que no eran tan pequeños eran casi tan finas que se te veía todo...

Pegó un pequeño saltito cuando escuchó la voz de la italiana, soltando el sostén que tenía en la mano.-¿Q-qué?-dijo ante su llamado para después abrir la puertecilla que tenía el probador, por supuesto ella estaba vestida.-¿T-te parece que me he probado algo?-señaló el montón de ropa aún algo sonrojada... ¿¡cómo querían que ella se pusiera eso?!

Suelta un pequeño suspiro frustrado al ver que no se había probado nada de lo que le habían pasado.

- ¿Qué merda estás haciendo?-Frunce el ceño, apariciéndole un pequeño tic en la ceja.

¡Tanto tiempo para nada?!

-Pruebatelos ahora mismo si no quieres que entre y te los pruebe yo -Amenaza con entrar al probador, tocando la puerta de éste.

- Es la mejor lencería que podemos encontrar aquí, Así que espero que al menos te lleves un par de cada cosa ¿Oíste?

-¿¡C-cómo quieres que me pruebe eso?!-protestó aún roja. Esa ropa era demasiado provocativa para ella... quién siempre iba tan tapada.-¡Está bien!-refunfuño y se encerró de nuevo en el probador cogiendo un par de prendas, las que veía menos provocadoras y más tapaditas, dispuesta a probárselas.

Bufó cuando escuchó lo último, no tardando en contestar.-No prometo nada... Cat...-dijo, mientras comenzaba a quitarse la ropa para probarse aquella ropa interior.

Y se preguntó de nuevo por qué le había pedido que la acompañase... Le iba a dar algo con esa ropa.

Suspira frustrada, cruzandose de brazos, esperando a que la española por fin dejase de joder y se comprase un par de prendas.

Se mantiene mirando fijamente el probador esperando a que la española dijese algo.

- Che bene, no te pregunté si lo prometías. Dije que lo COMPRARÍAS. -Aclara, carraspeando la garganta.

- ¿Te gusta alguna ya?- Alza una ceja, haciendo sonar el taco de sus zapatos contra el suelo, en forma de poca paciencia.